Hijos del Amor Misericordioso

Nuevo Delegado Territorial de España y Consejo  para el sexenio 2022- 2028

Los hijos del Amor Misericordioso, en presencia del Padre General de la Congregación, P. Ireneo Martín, reunidos en la Casa de las Esclavas del Amor Misericordioso en Villava, Navarra, después de un análisis exhaustivo de cual es la situación actual de las comunidades y religiosos, se han realizado las votaciones para la elección del Delegado y Consejo que debían ser aceptados por el Consejo General.

 

El nuevo Delegado es: P. Miguel Riesco (centro de la imagen delante del  crucifijo)

El 1º Consejero y Secretario: P. Antonio Mezquíriz (en la esquina delante del sagrario)

El 2º Consejero y Ecónomo: P. Valentín Castaño (en la esquina delante de la imagen de María)

Nuevo Consejo General de la Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso para el sexenio 2022-2028

Muy queridos amigos de la Parroquia, este es el Consejo General de nuestra Congregación que a lo largo de los próximos seis años velaran por seguir el programa establecido en el Capítulo General 

 

Padre General: P. IRENEO MARTÍN

1° Consejero: PESSOT. padre Sante

2° Consejero: TERNERO. padre Miguel

3° Consejero: DI GERIO. fr Alessandro

4° Consejero: CORPETTI. padre Claudio   

Consejero SDFAM: NUZZO. Don Beniamino

Ecónomo General:  DI GERIO. fr Alessandro

Secretario General: GILOTTI padre Claudio (no es miembro del Consejo General)



Obediente a la voz del Espíritu, la Madre Esperanza, el 15 de agosto de 1951, en Roma, da vida a la Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso.

 

"Llevarán la ayuda y el alivio a muchas familias necesitadas y afligidas, el consuelo a los enfermos; en ella los huérfanos y los necesitados encontrarán su familia, los jóvenes su guía, los débiles su sostén, los caídos la fuerza para levantarse".

 

En este texto queda plasmada la identidad, la misión y el estilo de la Congregación FAM que se compone de Religiosos, Sacerdotes, de Hermanos que desarrollan su misión dentro de la propia casa, de Hermanos en hábito civil comprometidos en las actividades seculares y de Sacerdotes diocesanos con votos.

 

Consta de cuatro "ramas". Diferentes formas de pertenencia a la Congregación:

  1. Sacerdotes Religiosos FAM.
  2. Hermanos FAM.
  3. Hermanos FAM para las actividades temporales.
  4. Sacerdotes Diocesanos con votos. (SDFAM)

La Congregación de los FAM está llamada a testimoniar el Amor Misericordioso ante todo con la santidad de la vida, practicando las obras de caridad, de las cuales la principal es la unión con el Clero diocesano. Los Sacerdotes y las obras de caridad en favor de los necesitados están estrechamente unidas como único fin.

Una Congregación de Sacerdotes y Hermanos que anuncian el Amor Misericordioso dedicándose a la atención de los sacerdotes diocesanos y, “unidos a estos como hermanos, ejercitan con entusiasmo, y solo por amor a nuestro Señor, todas las demás obras de caridad” (Const, FAM. Art. 18)

Por ello, promueven:

  • La acogida a los sacerdotes en sus comunidades, para que descansen física y espiritualmente.
  • La colaboración con ellos en el ministerio, asumiendo también parroquias que les ofrecen los respectivos Obispos diocesanos.
  • La atención y asistencia a sacerdotes jóvenes, ancianos, jubilados o enfermos; creando con ellos un ambiente de familia, para que se hallen en la casa religiosa como en su propia casa.
  • El apoyo fraterno, promoviendo su vida espiritual: formación permanente, retiros y ejercicios espirituales

Religiosos sacerdotes

Con el Padre Alfredo di Penta, que por medio de la Madre Esperanza descubre y acepta la llamada del Señor para ser el primer FAM Sacerdote, nace la Congregación y más específicamente la primera “rama” de los Religio­sos Sacerdotes, el 15 de Agosto de 1951 en Roma.

La identidad de los FAM Sacerdotes se caracteriza por la específica modalidad de su vida sacerdotal: religiosos que realizan la caridad pastoral en la espiritualidad del Amor Misericordioso.

El ámbito particular es la unión con el clero y del clero para favorecer la “fraternidad sacerdotal”, llamada también “fraternidad sacramental”. En efecto, teología del Amor Misericordioso y teología del sacerdote se funden.

Unidos a los sacerdotes y al presbiterio, los FAM sacerdotes, promueven una profunda comunión«como verdaderos herma-nos».

Esto implica diálogo, comprensión, estima, colaboración, amistad y apoyo.

Nuestras casas deben llegar a ser casas donde los sacerdotes puedan encontrar un verdadero clima de familia. Por eso es muy necesario el testimonio de comunión, de hospitalidad, de relación amistosa, de oración, de servicio fraterno. Entre los varios servicios se privilegian la promoción de los retiros y los ejercicios espirituales, la dirección espiritual, la colaboración pastoral y la vida en común, etc.

Sacerdotes Diocesanos con Votos Religiosos

La Congregación de los Hijos del Amor Misericordioso por voluntad de la Madre y en el cumplimiento del propio carisma y de la única misión acoge en su seno, con todos los derechos y deberes, a los Sacerdotes diocesanos que pidan formar parte de esta Familia, sin dejar de pertenecer al Presbiterio de la Dió­cesis en la que trabajan y están incardinados.

Esta “rama” de los FAM, consiguió su reconocimiento y aprobación del Estatuto por la Jerarquía eclesiástica, el 21 de Septiembre de 1995.

Ellos en concreto, obedecen de manera jurídica, en pri­mer lugar al propio Ordinario de su Diócesis, y en la me­dida que se lo permiten sus compromisos diocesanos, vi­ven los objetivos de la Congregación observando sus propios Estatutos.

La modalidad de pertenencia radica en el carácter de la “diocesanidad”. Estos Sacerdotes trabajan dentro de la Iglesia particular dependiendo del propio Ordinario, y como consagrados, en la Familia del Amor Misericor­dioso.

Su ámbito de acción es la Diócesis, asumiendo con res­ponsabilidad las órdenes del propio Obispo, persuadidos de que entre las obras de caridad, la principal para ellos es la unión con el Clero.

Por medio de estos Sacerdotes, la Familia del Amor Mise­ricordioso se inserta en la Iglesia particular. Por lo tanto, vienen a ser la expresión histórica más significativa del compromiso de la Familia en la animación y apoyo del Presbiterio según el Carisma del Amor Misericordioso.

 

Son evidentes las ventajas que se derivan para casa uno de estos Sacerdotes al encontrar en los FAM su casa y su familia, tanto en sentido espiritual, como en sentido hu­mano. Se sale así, al encuentro del problema de la sole­dad del Sacerdote, porque los SDFAM se hacen promotores de la fraternidad sacerdotal, de la unión del presbiterio, de la vida común, de la colaboración pastoral con el clero, según las indicaciones de la PO y de la PdV.

Hermanos FAM

Lo específico de estos Hermanos es el testimonio de fraternidad en Jesús Amor Misericordioso que debe reinar en nuestras comunidades, según la palabra evangélica: “todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8). Su vida sencilla y humilde evoca el ejemplo de Nazaret, muy importante en estos tiempos en los que a menudo cuenta la imagen, el éxito, el reconocimiento. Jesús expresó su amor haciéndose cercano a nosotros, poniéndose a nuestro nivel, tomando la condición del Siervo sufriente, que da la vida e incluso quedándose entre nosotros en forma de pan.

Los ámbitos en los que estos Hermanos desarrollan parti­cularmente su actividad son:

  • Colaborar en todas las obras de caridad promovi­das por la Congregación.
  • Educación y formación de la juventud.
  • Colaboración con los Párrocos. Los Hermanos pueden vivir junto a las SDCV, para promover la vida fraterna en comunidad y para ayudarles en las actividades pastorales: pastoral juvenil, enfermos, ancianos, catequistas, cáritas y como ministros extraordinarios de la Comunión.
  • Tareas dentro de la comunidad religiosa. Los Hermanos pueden desempeñar trabajos, que la Madre consideraba esenciales para el buen funciona­miento y la paz de la casa religiosa: porteros, sacris­tanes, enfermeros...

Algunos Hermanos, por motivos de necesidad, podrán ser ordenados diáconos, después de una adecuada preparación. Es preferible que esto se dé para pocos, para no desvirtuar su identidad de sencillos religiosos Hermanos.



Hermanos FAM para las actividades temporales

Son Hermanos licenciados, diplomados o especializados que, sin llevar ningún signo externo de su consagración, realizan su misión desarrollando actividades preferentemente externas a la Congregación, siempre con la aprobación de los legítimos superiores.

Su finalidad es ser fermento evangélico del Amor Misericordioso en los diferentes ámbitos de la sociedad: en el mundo obrero, en la cultura, la política, etc., según su preparación profesional. Su testimonio será directo y discreto, precisamente para ser más eficaces en los ambientes laicos, a menudo muy secularizados.

Es el trabajo que hizo Jesús durante treinta años.

Estos Hermanos pueden ocuparse también de la enseñanza y formación de los jóvenes acogidos en nuestras casas; incluso procurarán seguir a los que salen de nuestros centros, para introducirse en el mundo del trabajo.

Para poder realizar todo esto, es necesario que su oración sea aún más intensa y necesitan la vida comunitaria, en la medida en que sea compatible con sus compromisos.


Oración al Amor Misericordioso por los Sacerdotes

ORACION POR LOS SACERDOTES

 

Señor Jesús, Amor Misericordioso del Padre, escoges a tus SACERDOTES de entre nosotros y los envías a llevar tu misericordia al mundo; por ello te bendecimos y te damos gracias, y, te pedimos que los colmes de tu Espíritu.

 

Tú que oraste y te entregaste por tus apóstoles, guárdalos en la verdad de tu Palabra, líbralos del maligno y mantenlos en la Unidad.

 

En la debilidad, encuentren en Ti fortaleza; en la oscuridad, vean en Ti la Luz; en el cansancio, hallen en Ti Descanso; en la soledad, se Tú su Compañía, en las heridas, descubran en tu Corazón traspasado su Sanación.

 

Haz que todos los que traten con tus sacerdotes, reconozcan en ellos la imagen del Buen Pastor y del Padre Misericordioso.

 

Señor Jesús, que tu Madre, a la que confiaste tus discípulos, los modele a tu imagen, con la misma ternura y delicadeza, con la que te educó a Ti. Por la fuerza de tu Espíritu y a gloria de Dios Padre. Amén.