Los santos Protectores de nuestra Congregación

María Medianera de todas las Gracias

María siempre confiada en el Buen Jesús meditaba todo en su corazón y nos invitó ha hacer lo que Él nos dijera. María siempre acerca al Buen Jesús y nos aleja de las situaciones de peligro espiritual. Contemos siempre con su mediación ante su amado Hijo.


Glorioso Patriarca San José

San José gran hombre de fe que recibió el anuncio del Ángel para aceptar el cumplir la misteriosa voluntad de Dios y que serviría de Santísimo Padre Protector de Jesús Niño y de su amada Esposa la Virgen María. El continuando su misión nos acoge a todos como hijos y nos cuida para alcanzar las gracia del Cielo en el momento de nuestra partida hacia él.

 

San José, custodio amante, de Jesús y de María,

enséñame a vivir siempre en tan dulce compañía.

 

Sé mi maestro y mi guía en la vida de oración;

dame paciencia, alegría y humildad de corazón.

 

No me falte en este día tu amorosa protección,

ni en mi última agonía tu piadosa intercesión.

 


San Juan Evangelista

Protector de los Novicios en la Congregación, este discípulo «permaneciendo» al pie de la Cruz recibe el don de acoger entre sus cosas propias la «madre del Señor», aquella que según el evangelista Lucas guardaba y meditaba todas las cosas en su corazón (Cf. Lc 2, 52). Ser «testigo del amor» aparece como todo un itinerario de vida, el evangelista Juan nos enseña a «permanecer» en el Señor, pues solamente desde Él podremos recibir la comprensión de la historia, y él mismo se coloca como primer «testigo creíble» que busca abrirnos al misterio de la verdad, porque «solamente el amor es digno de fe».


San Estanislao de Koska

Patrono de los Novicios de nuestra Congregación, Estanislao era el segundo hijo de su familia. A los catorce años, Estanislao ingresó en el colegio de los jesuitas de Viena. Acostumbraba consagrar a la oración y al estudio todo el tiempo que podía y la rudeza del lenguaje le molestaba en extremo. En el internado del colegio de Viena el recogimiento y devoción de la vida y la oración del joven sorprendieron a todos. Estanislao comulgaba todos los domingos y días de fiesta y ayunaba siempre la víspera del día en que iba a comulgar. Cuando no estaba en la iglesia o en el colegio, se hallaba en su cuarto, entregado al estudio o la oración. Se vestía modestamente, practicaba la mortificación corporal.

Se cuenta también que se le apareció la Santísima Virgen en un momento de enfermedad, como unos Ángeles que le dieron la comunión, y le dijo que aún no había llegado la hora de su muerte y que debía ingresar en la Compañía de Jesús. Estanislao, que ya antes había pensado en hacerlo, pidió la admisión en cuanto recuperó la salud.

El objetivo principal del santo fue santificarse perfectamente en la vida ordinaria. El único límite de su mortificación era la obediencia a su director espiritual


San Juan Berhmans

Patrono de los Postulantes, San Juan Berhmans, uno de los cinco hijos, de los que tres se consagraron al Señor. Murió pronto la madre, y al final el padre se ordenó sacerdote. Fue el ángel del hogar, fiel ayudante de su madre. Inició sus estudios en el Seminario de Malinas, luego entró en el Noviciado de los jesuitas de la misma ciudad. Más tarde pasó a Roma. En el Seminario y en el Noviciado se distinguió por su candor, estudio y piedad.

Enamorado de María , la Virgen, llego a decir movido por la piedad y fidelidad a Ella: «Si amo a María, decía, tengo segura mi salvación, perseveraré en la vocación, alcanzaré cuanto quisiere, en una palabra, seré todopoderoso».

Es curioso notar que el gran teólogo español Juan de Lugo atribuye el movimiento a favor de la Inmaculada a las oraciones de Berchmans.

¿Cuál es la virtud característica de Berchmans? Él deseaba practicarlas todas por igual. Su obsesión, su locura de santo, era la fidelidad en observar perfectamente sus obligaciones, sin excusas ni escapismos. Pemán decía: «La virtud más eminente, es hacer sencillamente, lo que tenemos que hacer»

 


Santos Pedro y Pablo

Patronos de los Profesos de la Congregación, algunos datos curiosos e interesantes, acerca de San Pedro y San Pablo Apóstoles:

  • Los atributos más destacables de estos apóstoles son las llaves de San Pedro, así como el libro y la espada de San Pablo.
  • San Pedro y San Pablo son considerados "pilares" o "columnas" de la Iglesia Católica, por ser los fundadores de la Iglesia de Roma, como centro de la cristiandad.
  • San Pablo es conocido como el "apóstol de los gentiles".
  • La Solemnidad de San Pedro y San Pablo Apóstoles es también conocida como "el día del Papa".
  • En el año 2012 el papa Benedicto XVI nombró a estos apóstoles "patronos principales de la Iglesia de Roma".

Protectores de nuestras obras de caridad

San José Benito Cottolengo

Presbítero y Fundador de la La Pequeña Casa de la Divina Providencia para acoger a toda clase de pobres, enfermos y abandonados (1842).

Al estallar la epidemia de cólera en 1831, cargó sus pocas cosas en un burro, y en compañía de dos Hermanas salió de la ciudad de Turín, hacia un lugar llamado Valdocco. Días antes le había dicho al canónigo Valletti con sencillez campesina: “"Señor Rector, siempre he oído decir que para que los repollos produzcan más y mejor tienen que ser transplantados".

Fue el mayor de doce hermanos, y estudió con mucho provecho. Tuvo que asistir, impotente, a la muerte de una mujer, rodeada de sus hijos que lloraban, y a la que se le habían negado los auxilios más urgentes, porque era sumamente pobre. Entonces vendió todo lo que tenía, hasta su manto, alquiló un por de piezas y comenzó así su obra bienhechora, ofreciendo albergue gratuito a una anciana paralítica. 

La caridad debe expresarse con tanta gracia que conquiste los corazones. Sean como un buen plato que se sirve a la mesa, ante el cual uno se alegra.


San Juan de Dios

San Juan de Dios (1495-1550) fue un hombre que en la primera mitad del siglo XVI supo armonizar el amor a Dios y a las personas pobres y enfermas. Y con esta pasión comenzó, concretamente en la ciudad de Granada, a cuidar de los demás y a sentar las bases de lo que poco tiempo después sería la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

Y lo hizo diseñando lo que se considera el primer hospital moderno; bajo un concepto sociosanitario de atención integral, impulsando una atención a medida donde la persona y su contexto vital están el en centro de todo.

Hoy, en cada país y en cada localidad donde están, desarrollan los proyectos que son necesarios para mantener vivo su espíritu con un compromiso radical con sus valores.

"¿Quién se hace bien a si mismo dando a los pobres de Cristo?" -sería su lema cotidiano.

De su experiencia en el Manicomio de Granada donde fue tomado por loco surge la conversión a los hombres, que ya serán para Juan, "hermanos". "Jesucristo me traiga a tiempo y me dé gracia para que yo tenga un hospital, donde pueda recoger los pobres desamparados y faltos de juicio, y servirles como yo deseo".